sábado, septiembre 16, 2006

Globalización y Rentas

1.-La democracia de los consumidores

Como regla general los defensores del libre mercado se han concentrado siempre en su eficiencia y su poder para crear riqueza. Ante la fuerza desatada del capitalismo, y los efectos exponenciales de la acumulación de capital y del desarrollo tecnológico, las cuestiones redistributivas parecían de segundo orden.

En efecto, el capital, en una economía de libre mercado, se coloca de forma que maximiza los beneficios. Por tanto si existe la propiedad privada y los individuos son libres para gastar como quieran, la estructura empresarial sirve a los consumidores. El capitalismo es por tanto (según una famosa expresión), la democracia de los consumidores.

Sin embargo en la democracia de los consumidores el principio de un hombre un voto no se aplica. Cada persona tiene tantos votos como su participación en la demanda, es decir, los individuos votan ponderados por su renta. En la democracia de los consumidores, tanto tienes, tanto vales.

Si el mecanismo de libre mercado se limitase a ser eficiente en este sentido, más que una democracia, sería una “oligarquía de los consumidores” y solo debería aceptarse corrigiéndolo mediante la redistribución de la renta (y aceptando la erosión de los incentivos marginales en que se basa el propio proceso de mercado).

Afortunadamente en una economía de libre competencia existe una poderosa fuerza igualadora: la ley del precio único. David Ricardo fue el primero que observó que el capital tendía a afluir a los negocios más rentables, y que al hacerlo incrementaba la oferta, reducía el precio y poco a poco la propia rentabilidad de la industria acababa convergiendo hacia el nivel general de los rendimientos del capital. A finales del siglo XIX, Jevons enunció su ley del precio único, que generalizaba este principio y que viene a decir que el proceso de mercado acaba igualando los precios de todo par de bienes idénticos.

La renta que se crea en una economía se distribuye a través de la remuneración de los factores: en cualquier empresa, los ingresos (netos de los costes de los inputs no laborales) se canalizan en salarios (remuneración del factor trabajo) y renta del capital. La ley del precio único implica en este contexto una tendencia general a la igualación de los salarios de todos los individuos de igual productividad.

Desde luego los salarios no están igualados: las diferentes preferencias ocio-trabajo, las cualidades innatas y factores culturales y familiares generan diferencias significativas de productividad por hora: estas diferencias se manifiestan sobre todo a través de los diferentes niveles de capital humano que poseen los distintos trabajadores; pero sin lugar a dudas, el mercado libre acaba generando una estructura salarial bastante más igualitaria (y meritocrática) que los arreglos institucionales no-individualistas que la precedieron; y si bien algunas sociedades comunistas han sido marginalmente más igualitarias, el precio ha sido una brutal caída del nivel de vida de las masas (y una distribución arbitraria y corrupta de la desigualdad residual) .

Como ya hemos mencionado, el output se distribuye a través de las rentas del capital y del trabajo; si bien las rentas del trabajo tienden a distribuirse igualitariamente, las del capital se distribuyen de forma menos igualada, ya que la riqueza esta más concentrada que las rentas salariales. Sin embargo una fracción significativa de estas diferencias dependen del lugar de cada individuo en su ciclo vital, y por tanto la desigualdad en riqueza y rentas del capital se reduce mucho cuando controlamos por la edad. En buena parte, las rentas del capital se dirigen desde los trabajadores activos hacia los jubilados y clases pasivas. Pero es forzoso reconocer que otra parte va a parar a engrosar el consumo de las grandes fortunas. En una economía madura las rentas del capital representan entre el 35 y el 40% del producto, frente al 60 a 65% de rentas del trabajo.

En conjunto, en las economías modernas la eficiencia, resultado del proceso de mercado, se alía con la igualdad, que resulta de la ley del precio único y la paulatina desaparición de las rentas de privilegio.

2.-La estructura internacional de la desigualdad

En el pasado, todas las sociedades humanas eran intensamente jerárquicas y la desigualdad económica era una realidad general, y distribuida uniformemente en todas las regiones del mundo. Sin embargo en los últimos doscientos años, mientras en los países industrializados la ley del precio único iba comprimiendo la distribución de rentas, y se formaba una amplia clase media homogenea en poder adquisitivo y estilo de vida, el resto del mundo avanzaba mucho más lentamente. En conjunto, en los 200 años que han transcurrido desde el comienzo de la Revolución Industrial, un cuarto de la Humanidad ha accedido a una riqueza y una seguridad sin precedentes, y otra mitad ha avanzado desde la miseria maltusiana a una pobreza moderada. El cuarto restante sigue entre la pobreza severa y la pura subsistencia. Ahora bien, estos grupos de rentas están colocados de forma espacialmente concentrada. La desigualdad entre individuos se ha convertido en desigualdad entre países.

¿Cómo funcionan el proceso de mercado y la ley del precio único en el plano internacional? Bien, si 1) el capitalismo (es decir respeto a la propiedad y la ley) estuviese bien distribuido, 2) no hubiese barreras a la circulación de los productos y los factores y 3) el capital no tuviese economías de agregación, entonces capital y trabajo se emparejarían de forma que se daría un proceso internacional de igualación de rentas y salarios a nivel mundial. El lector ya sospecha que estas tres condiciones distan mucho de verificarse.

En primer lugar el capitalismo no esta nada bien repartido: en la mayor parte del mundo la industria de la captura de rentas es la más rentable de la economía, y dependiendo del nivel de desarrollo, la tasación familiar, tribal o estatal se come una fracción muy grande del producto, y destruye los incentivos del trabajador, y del capital. Los economistas liberales siguen dirigiendo sus dardos contra el fantasma ya vencido del socialismo, mientras la coacción orgánica y el uso étnico del Estado son, con mucho, las peores barreras al desarrollo. El enemigo de nuestra época no es el error ideológico, sino la política de la identidad.

En el plano de las barreras institucionales a la movilidad de los factores que el éxito de las ideas liberales en los últimos 20 años es patente: las diversas rondas del GATT y la OMC han ido reduciendo aranceles y contingentes, aunque ciertas formas de neo-proteccionismo (como la PAC, el “arancel del trigo” de nuestra época), siguen vigentes. Como ya sabeís no soy un partidario entusiasta de la libre circulación de bienes per se, sino como un medio necesario para la circulación del capital, que es el verdadero camino al desarrollo.

La circulación internacional del capital durante el periodo 1945-1973 (la época de la represión financiera de Brentton-Woods) fue limitada, pero a partir de 1980 comenzó un proceso de liberalización. Como índica el gráfico siguiente, el capital reaccionó a la demolición de las fronteras con gran elasticidad, iniciando un proceso de recolocación internacional que es la característica principal de la globalización.



La última hipótesis necesaria para que se produzca la igualación mundial del rendimiento de los factores (y por tanto de las rentas) es la más sutil, pero no podemos pasar sin comentarla, y sin dejar una necesaria referencia: el proceso que iguala los salarios es la tendencia del capital a emparejarse con la mano de obra más barata por unidad de productividad. Pero si el capital tiene fuertes economías de escala, es decir si una unidad de capital tiene rendimientos mayores junto a otra unidad de capital, entonces, en lugar de difundirse a la búsqueda de bajos salarios, se pueden agregar en busca de sinergias con otras formas de capital. Este proceso de aglomeración y “ruptura de la simetria”, se describe con cuidado en un paper clásico de Paul Krugman y Anthony Venables (1995): “Globalización y la desigualdad de las naciones” . El resultado de Krugman viene a ser que el nivel de aglomeración espacial en la economía mundial es proporcional a las economías de escala en la producción e inversamente proporcional al precio del transporte. Krugman indicaba que las fuertes reducciones de los costes de transportes (resultado sobre todo del uso del contenedor multiusos, y de la caída de los costes de la comunicación) estaban moviendo la economía desde el modelo de aglomeración espacial, hacia el paradigma de difusión del capital. En este sentido Krugman & Venables (1995) es uno de los papers más importantes y proféticos de la década de los 90.

¿Cómo se distribuye la renta mundial? En su paper clásico, titulado “El inquietante ‘aumento’ de la desigualdad global”, Xavier Sala-i-Martín presenta un gráfico (Fig 4) en el que aparece la distribución internacional de las rentas en los años 1970, 1980, 1990 y 1998, en términos reales (es decir, corrigiendo por la inflación entre años y agregando las rentas de diferentes países rectificadas por paridad de poder de compra).



El gráfico indica con claridad dos hechos estilizados: en primer lugar el crecimiento, que se manifiesta por la tendencia de la curva a moverse hacia niveles más altos de renta; en segundo lugar, la renta mantiene una distribución relativamente estable, y el máximo alrededor del cual se concentra la mayor cantidad de población se mueve uniformemente a la derecha. Las dos líneas de la pobreza severa (1$ al día PPP) y pobreza menos severa (2$ al día PPP) dejan a su izquierda un volumen importante, pero cada vez menor de población.

También se presenta (Fig. 12) la descomposición de la desigualdad global en sus componentes: una componente internacional, y una componente nacional; dos tercios de la desigualdad en la renta (medida por el índice de Theil) corresponden a la desigualdad internacional.



Este hecho es de una enorme importancia y en cierto modo es una refutación de la socialdemocracia (a escala nacional): si todos los gobiernos del mundo se hiciesen comunistas y fuesen capaces de redistribuir totalmente las rentas de sus países sin pérdidas de eficiencia (hipótesis heroica y absurda), aun así, dos tercios de la desigualdad de rentas permanecería. Es decir la capacidad de los estados del bienestar nacionales para reducir la desigualdad es mínima porque la desigualdad es sobre todo un fenómeno internacional. Aquellos que temen (con razón) que la globalización deje a los Estados sin instrumentos redistributivos, no deben olvidar que esos instrumentos solo pueden rozar el problema, mientras que el modelo de libre circulación de bienes y capital, no solo crea un dividendo sustancial de eficiencia, sino que a través de la igualación internacional de rentas ofrece una vía para atacar directamente a los dos tercios del índice de Theil mundial que dependen, para más INRI, de algo tan arbitrario como el lugar de nacimiento.

3.-Ganadores y perdedores

La distribución global del capital y la igualación internacional de los salarios generan dos efectos: un dividendo de la globalización, es decir un incremento real y directo del volumen total de bienes y servicios producidos y una redistribución de rentas, que hasta el momento se alinea hasta el último decimal con las predicciones de la teoría económica. ¿Quien gana? Indiscutiblemente los trabajadores de los países pobres que se han industrializado o lo están haciendo; indiscutiblemente el capital en todos los sitios, que va a ver ampliada su porción en el producto. ¿Quién pierde? Casi seguro los trabajadores de los países ricos, que sufren una suave pero persistente descapitalización que poco a poco va minando los salarios, y especialmente los salarios de los trabajadores menos cualificados. Estos trabajadores tienen, eso es verdad, una cierta participación en el dividendo de la globalización (que se manifiesta en la caída internacional de precios de los productos comerciables, como los DVDs en Wallmart) pero es poco probable que esto compense la caída de los salarios. Ganan sin embargo los profesionales de alta formación y creatividad (la mera formación se puede comprar cada vez más a precios modestos en India y otros países capaces de ofrecer servicios en régimen de outsorcing). Ganan las sociedades pobres con fuerte ética del trabajo y sobre todo de la iniciativa, y pierden las sociedades ricas con una cultura del ocio. Ganan China e India y pierde Occidente.

Desde el punto de vista de los ganadores, no hay muchos consejos que dar, salvo los usuales en este caso: cuidado con jugar con políticas monetarias, aranceles y estrategias proteccionistas; cuando uno tiene mucho que ganar, las prisas no van a ningún sitio.

Las sociedades del mundo rico sin embargo han seguido dos caminos distintos: Francia (y Europa a grosso modo) ha intentado aplicar políticas proteccionistas, mantener el Estado del Bienestar y la regulación del despido: ha decidido proteger las rentas de privilegio de los insiders, buscar ganancias de productividad con altos niveles de desempleo (profundizando su estructura de capital, y limitando la base de trabajo). Esas regulaciones crean un 20% de paro juvenil (40% para los inmigrantes), un alto nivel de pago de prestaciones sociales, unos bajos niveles de crecimiento y un número de horas de trabajo que ronda las 35 semanales. En definitiva una sociedad crecientemente estamental, estancada y dividida, pero sin la tensiones del capitalismo irrestricto.

Los Estados Unidos se han lanzado a la piscina global sin más precaución: los niveles de paro están en mínimos históricos, pero por primera vez en décadas existen trabajadores pobres, cuando en el pasado la pobreza estaba invariablemente unida al desempleo, y los niveles de desigualdad han aumentado significativamente. Los receptores de rentas del capital (los ricos y los jubilados) y los trabajadores de alta cualificación, por su parte, están mejor que nunca. Por otro lado es una sociedad rica, con oportunidades, procesa relativamente bien a los inmigrantes (lo que es más fácil al no ser musulmanes) y amplia vorazmente la base de trabajo.

El proceso de globalización en general se caracteriza por crear un mundo más diverso en cada lugar y más homogeneo entre lugares. Mientras la desigualdad entre países va reduciéndose, la desigualdad dentro de cada país crece. La diversidad del mundo se distribuye de forma crecientemente homogénea.

4.-Suavizando el trauma

“Some folks are borned silver spoon in hand…
…and when you ask them, how much should I give
the only answer:
more, more, more”


“Fortunate Son”, Creedence Clearwarter Revival

La desigualdad real disminuye, si, pero la desigualdad percibida, que es la local, crece. Los países se igualan, pero cada país es más desigual cada día. Eso significa tensiones sociales. Eso significa resentimiento y populismo. La globalización es un proceso traumático: resquebraja certidumbres morales, destruye sociedades tradicionales, genera mutaciones culturales que van de lo asombroso (el revival zoroastrista entre mis adorados persas en el exilio, o el underground neopagano en Europa, e incluso el neo-cabalismo de Hollywood) a lo horrible (el islamismo). Y el proceso es rápido y desorientador. El lector haría bien en releer el “Manifiesto Comunista”, el poema épico sobre la II Globalización [1], para comprender esa sensación de vértigo cultural. El parto de un Nuevo Orden es necesariamente traumático, incluso si ese orden es la mejor esperanza de la Humanidad.

Las dos formas de recolocación espacial de los factores (la migración del trabajo y la difusión del capital) son parcialmente substitutas entre si (al menos si es verdad la hipótesis de un nuevo equilibrio con capital espacialmente extendido como se expresa en Krugman & Venables (1995)). En general exportar capital es económicamente equivalente a importar trabajo (inmigración). Por tanto la igualación internacional de las rentas se puede alcanzar mediante la descapitalización de mundo industrializado o mediante la despoblación del mundo no industrializado.

Ahora bien, el capital es neutro y no esta sometido a más reglas que las de la contabilidad: afortunadamente: como dijo Marx, “el capital no tiene patria”. Pero las migraciones humanas tienen un texto cultural; el mantra de la diversidad como riqueza oculta una realidad precisamente diversa: desastres como Líbano o Sudáfrica o éxitos como el “melting pot” americano. No hay nada más estúpido que proponer una gestión uniforme de la diversidad (ya sea esta el racismo o el multiculturalismo).

Esencialmente, dado que las clases trabajadoras de Occidente van a tener que sufrir el proceso de descapitalización, lo mínimo, es al menos protegerlas (protegernos) de unas oleadas migratorias que EMPOBRECEN a los trabajadores (reducen el stock de capital PER CAPITA), en especial a los menos cualificados, y que además suelen implicar una importación de supremacismo religioso, de conflictividad social y un campo abierto a la divisiva (y normalmente sangrienta) política de la identidad. Las medidas que pueden contribuir a suavizar los traumas de la globalización son sencillas y complementarias:

En primer lugar facilitar la circulación del capital: primero y sobre todo mediante la libertad de comercio y la renuncia a las políticas neo-proteccionistas (no tiene sentido que los trabajadores marroquíes vengan a recoger naranjas a España, cuando pueden recogerlas en Marruecos y vendérnoslas: mejor para todos ¿no?). En segundo lugar pelear por mejorar el marco de protección global de las inversiones: es decir, que a la OMC se le una en breve un acuerdo multilateral de inversiones, como el que se rechazó por motivos bastardos en 1999. Una vez conseguido esto, una privatización parcial de los planes de pensiones puede contribuir decisivamente a movilizar recursos hacia los países pobres, permitiéndonos además enfrentar de forma económicamente óptima los diferenciales demográficos mundiales.

En segundo lugar, contingentar en volumen y composición los flujos migratorios: limitar significativamente los flujos migratorios implica políticas represivas y políticas abiertamente sangrientas: estas últimas tienen que subcontratarse en los países de origen. En ese sentido todo el arsenal de políticas neocoloniales (sobornos, chantajes, desestabilización, mercenarismo…) que hasta ahora han servido a pequeños (e infames) intereses mineros o a juegos ególatras de prestigio geopolítico deben servir ahora a una causa existencial; por otro lado, la misma política de defensa de la inversión exterior que hemos descrito antes y la ayuda internacional deben condicionarse a la defensa legítima de nuestras fronteras. Más extensamente: I, II, III, IV , V, VI, VII, VIII

Soy igualmente partidario de la globalización económica y del mestizaje universal; no obstante si se intenta implementar a la vez los dos procesos, la explosión social es probable, y nos quedaremos sin nada. Si el mestizaje universal viene después de una igualación razonable de las rentas (vía igualación de los stocks de capital), entonces la promesa de una cultura universal próspera y mestiza, regida según principios individualistas tiene muchas posibilidades de cumplirse.

[1] La Primera Globalización fue el Imperio Romano, la Segunda, la Época Victoriana y desde 1980, estamos en la Tercera Globalización.

13 Comments:

At 6:40 p. m., Blogger Chema said...

Deslumbrante, como de costumbre.
Por cierto, Kantor, ¿te has dado de baja en Red Liberal? He mirado ayer y hoy y no he encontrado el post.

 
At 9:18 p. m., Blogger Citoyen said...

Hola Kantor:

Te felicito por el post, aunque hay varias cosas que no consigo captar bien. Como por ejemplo por que protege a los trabajadores facilitar la movilidad del capital?

Por cierto, te mande hace unos dias un mail a la dire qeu aparece arriba. si me contestaras me harias un gran favor. Un saludo

 
At 9:26 p. m., Blogger Citoyen said...

Por cierto. Se me olvidaba. Respecto a la "tipologia" de las globalizaciones querria saber en qeu te basas. Daniel Cohen, por ejemplo, decia que esta globalizacion era la tercera pero el decia que la primera es el descubrimiento de america, la segunda la epoca de la colonizacion y la tercera la actual. Cual es tu criterio?

 
At 9:50 p. m., Blogger Kantor said...

Mi criterio: no tengo muy claro cual es mi criterio, pero sea cual sea, el Imperio Romano es la I Globalización. El proceso de formación de la economía Mediterranea que culmina en el siglo II es precisamente la analogia natural respecto de la Globalizacion actual. En cuanto a considerar la epoca victoriana, es una convencion de economista, ya que el volumen de intercmabios mundiales como % del PIB era tambien muy alto, habia una cultura europea comun y el oro era la moneda mundial.

PD.-Citoyen, te debo una respuesta a tu mail. Intentare reunir tiempo.

Un saludo,
Kantor

 
At 9:56 p. m., Blogger Kantor said...

"Te felicito por el post, aunque hay varias cosas que no consigo captar bien. Como por ejemplo por que protege a los trabajadores facilitar la movilidad del capital? "

No les protege: en conjunto la proporcion del producto que se va a llevar el trabajo probablemente disminuya; Ahora bien favorece a los trabajadores mas pobres contra las clases medias Occidentales.

Esos trabajadores mas pobres son los grandes ganadores de la Globalizacion, ya que sus paises reciben capital y la dotacion de capital per capita determina el salario.

Desde el punto de vista de la globalizacion pasan tres cosas: pierden los trabajadores de aqui, ganan los de alli y el capital. La perdida de igualdad que resulta de la mejora de la posicion del capital contra el trabajo se ve masivamente compensada por la ganancia de igualdad en las rentas de los trabajadores (salarios), ya que los mas pobres ganan mas y los mas ricos ganan menos= mas igualdad.

 
At 5:07 p. m., Anonymous Anónimo said...

Es interesante:

Uno

Dos

 
At 1:52 a. m., Blogger Citoyen said...

Hola Kantor:

Releyendo tu post he entrado en project syndicate y trasteando he encontrado esto: http://www.project-syndicate.org/commentary/stiglitz74/English

Imagino que y lo habras leido pero lo pongo por si acaso. Me ha llamado la atencion esto:

"But the Scandinavian countries have shown that there is another way. Of course, government, like the private sector, must strive for efficiency. But investments in education and research, together with a strong social safety net, can lead to a more productive and competitive economy, with more security and higher living standards for all. A strong safety net and an economy close to full employment provides a conducive environment for all stakeholders – workers, investors, and entrepreneurs – to engage in the risk-taking that new investments and firms require."

Esto es cierto? Me gustaria saber tu opinion, en los temas de economia soy tan analfabeto que me guio mucho por la autoridad.

Por cierto, el post cada vez que lo releo aprendo algo nuevo. Enhorabuena otra vez.

PD: Conoces a un autor que se llama "[URL=http://www.iue.it/Personal/Motta/]Massimo Motta[/URL]"? Me compre un libro sobre politicas de competencia firmado por el que tenia muy buena pinta, pero no se si tiene reconocimiento en el mundillo.

PD2: Si me mandas tu direccion al correo, ya te enviare una cesta por navidad, por los consejos, el asesoramiento, las clases y tal... :P

 
At 10:57 a. m., Blogger Citoyen said...

Hombre, lo que han votado en Suecia es un poco discutible. Los socialdemocratas llevaban gobernando demasiado tiempo y la gente voto por el cambio. De hecho en el reportaje sobre el Estado del bienestar sueco del economist de hace una semana (no se el enlace) explicaban que en las anteriores elecciones el partido liberal habia propuesta una reforma bastante radical y se habian estrellado y que ahora habian tenido que moderarse en las reformas. En cualquier caso la victoria ha sido retimida.

En cualquier caso hasta donde yo se el modelo sueco es menos esclerotico que el continental, por ejemplo en el mercado laboral (esta desrregulado) y la imposicion sobre sociedades es muy leve... Por eso preguntaba si era viable.

 
At 2:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

Este es un largo post, donde se tocan numerosos puntos.
Merece una respuesta detallada que no intentaré aquí. Si tuviese que elegir una frase para caracterizar el análisis (notable en muchos sentidos) sería: "el fantasma ya vencido del socialismo". ¿Por qué vencido? ¿Quizás porque el marxismo ha dejado de ser su marco teórico? Esta es una posible respuesta, que válida o no, pone de relieve un problema 'semántico' relativo a la definición de socialismo. En el libro: "Socialismo,Cálculo Económico y Función Empresarial" de Huerta de Soto leemos, finalizando el Cap II "definiremos el socialismo como toda restricción o agresión constitucional contra el libre ejercicio de la acción humana o función empresarial." En la página siguiente explicita un poco más la definición: "todo sistema de restricción o agresión institucional al libre ejercicio de la acción humana o función empresarial que suele justificarse a nivel popular, político y científico, como un sistema capaz de mejorar el funcionamiento de la sociedad y de lograr determinados fines y objetivos que se consideran buenos."

La definición utilizada en el post es obviamente distinta. Más aún, las propuestas y razones entran sin dificultad en la definición de Huerta de Soto. Las diferencias de apreciación no son semánticas, sino metodológicas y sin particularizar en el desarrollo veamos las conclusiones.

...facilitar la circulación del capital. ¿Por qué facilitar y no desregular? La nefasta propuesta del 0,7% cae dentro del espíritu de la facilitación. Los lemas positivos esgrimidos por la clase política son siempre temibles. No está nada claro que no se apoye digamos, la prohibición de cultivar naranjas en España porque debe hacerse en Marruecos toda vez que "no tiene sentido que los trabajadores marroquíes vengan a recoger naranjas a España" y se debe "facilitar la circulación del capital". En realidad, no creo que el post (ni su autor) apoye semejante despropósito pero, insisto, no está nada claro. En cuanto al "marco de protección global de las inversiones" posiblemente exija un análisis por separado, pues muchos entienden tales acuerdos como una internacionalización de sus políticas represivas. Sobre la privatización de las pensiones (con lo que estoy del todo de acuerdo) no estaría mal explicar sus consecuencias con más detalle, pues se da todo por sobreentendido.


El segundo punto lo comparto a medias. Puesto que el estado monopoliza la discriminación, debería al menos, ejercerla de un modo menos surrealista. Pero sistemáticamente vemos pruebas de lo contrario, pues se persiguen con saña los comportamientos más inocentes, (dibujar caricaturas, frases despectivas, negativas de relacionarse, etc.) mientras se disculpan los abiertamente hostiles. Pero es dudoso que mediante la financiación de regímenes genocidas se logre algo más que perpetuarlos mientras se le suministra un arma de chantaje. El caso de Cuba es paradigmático en este sentido. La independencia pertenece a los pueblos, no a los gobiernos. Una fuga masiva de ciudadanos no puede implicar apoyo a un régimen abusador sino la deposición de este. No es sorprendente que los estados más intervencionistas en la vida de sus propios ciudadanos, sean los más fervientes defensores del principio de autodeterminación aplicado a los países.

No puedo terminar sin agradecer a Kantor por sus escritos, siempre polémicos y estimulantes.


PD. Los textos de Huerta de Soto están disponibles online en su Web www.jesushuertadesoto.com

 
At 4:22 p. m., Anonymous Anónimo said...

Como siempre Kantor, me quedo sin habla. Soy una jubilada inválida que accedió a conceptos básicos de la historia de la economía en la Universidad Autónoma de Madrid a los 50 años, a través de las asignaturas del ramo incursas en la Licenciatura de Historia -por cierto consideradas imprescindibles por los profesores, pero aburridísimas por los alumnos-. Partía del agujero negro de un bachillerato franquista de colegio de monjas y ¡treinta años antes¡. Entiendo lo que dices, menos lo que se refiere a la protección de las inversiones. ¿podrías explicarme a qué te refieres o indicarme dónde puedo comprenderlo, partiendo del nivel que te explico al principio? Agradecida por tus artículos luminosos.

 
At 1:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

Hola:

Gracias por tu amable comentario; en cuanto a la proteccion de las inversiones, enlaza con la idea de que "el capitalismo" entendido como Imperio de la Ley y respeto a la Propiedad esta mal repartido:las empresas que se aventuran en inversiones extranjeras corren el riesgo de ser desposeidas, lo que las hace refractarias a salir de los paises desarrollados (vease Repsol en Bolivia). Para que el capital se difunda, PRIMERO debe difundirse un regimen de legalidad.

Por eso en los 90s se intento crear un marco global para las inversiones:el Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI), que basicamente iba a prohibir el trato empresarial preferente:

"Each contracting party shall accord to investors of another contracting party and to their investments treatment no less favorable than the treatment it accords (in like circumstances) to its own investors"
http://www.questia.com/PM.qst?a=o&se=gglsc&d=5001396217&er=deny

La creacion de un marco global de proteccion de las inversiones es dificil, y quiza el acuerdo propuesto en 1999 era demasiado ambicioso. Pero ya sea mediante acuerdos o por el propio convencimiento nacional, la proteccion mundial de las inversiones es una prioridad para el desarrollo.

KANTOR

 
At 8:08 p. m., Blogger Iracundo said...

Protección que puede, y debería, suministrar el imperio norteamericano.

 
At 1:15 p. m., Blogger Mahavishnu said...

Unas dudas:
Dado que el capitalismo es la democracia de los consumidores, esto presupone la existencia de un demo comsumidor, la pregunta es ¿donde quedará este último tras la descapitalización del mundo industrializado? Y si la respuesta es la tendencia a su desaparición (al menos de los menos calificados) por innecesarios, para que protegerlas (protegernos) de unas oleadas migratorias ?
Segundo : limitar significativamente los flujos migratorios implica políticas represivas y políticas abiertamente sangrientas
¿No cree Ud. que eso llevará a la utilización de esas fuerzas subcontratadas in situ para algo que siempre se han usado : represión del demo consumidor en la nueva localización del capital? ¿Cuales son las probabilidades de que ese capital importado y que subcontrata a tales aliados realmente lleve a una redistribución de rentas a escala mundial y felicidad para todos?

 

Publicar un comentario

<< Home