domingo, febrero 26, 2006

The Universality of the Semantic Field

Ludwig von Mises said in his classic “Human Action” that as soon as Marx understood the robust rationality of the arguments of the classical economists, he began a frontal attack against the logical reasoning itself. The classical Marxists tried to prove that social science and science in general were a cultural creation designed to keep the class structure, and a new social class as the proletariat was, needed a new logic. Since then, “polylogism”, that is, the theory that different human groups have different kind of logic has been a growing cultural industry.

The most powerful form of polilogism still alive is the linguistic polilogism. The most developed form of linguistic polilogism is the Sapir-Wharf hypothesis, which states that every language represents a different vision of the world, and that strong syntactic differences make mutual understanding impossible. In fact the most perfect description of the Sapir-Wharf hypothesis could be “every translation is a form misunderstanding”.

Surprisingly, the most powerful enemy of this form of post-modern nihilism was Noam Chomsky. The Chomskyan Universal Grammar was supposed to be a normalized set of underlying syntactic rules that all the languages in the world had in common. The Chomskians considered that beyond the exuberant variety of syntactic structures, there were a few deep rules, which were the real grammar beyond grammar. The equivalence relations of these rules were the Rosetta stone of linguistics. Moreover, for chomskian linguists, the deep syntactic rules were biologically determined.

The empirical support for biological determinism of language has grown in the last years, and there is also an increasing evidence of the natural ability to create syntactic structures. For example, an study of the hybrid languages of the first generation of Antillean slaves proved that slave children created those hybrid languages on the spot.

But the existence of the universal grammar is nowadays not accepted by the majority of linguists. On the other hand the experience of every bilingual speaker (even if you become bilingual in your adulthood, as it is my case) is that translation is possible. So, different languages are not different worldviews.

If not syntactic rules, what do all languages have in common? For me, as a mathematician, long time (ago) involved with logic and model theory, the answer is clear: the semantic field is what all human languages have in common. The translation is something that doesn’t happen between syntactic structures, but between semantic objects. Precisely the difficulties to build high-quality automatic translators come from the fact that translation is not a syntactic but a semantic operation. And I fear our programs are still not manipulating semantic objects: that is, programs don’t understand.

When I say “the semantic field is universal”, I don’t mean that all human beings have the same semantic field in their brains: of course the size and form of the semantic field depends on the cultural background. What I mean is that given two individuals, native speakers of different languages, both of their semantic fields could be extended to contain the semantic objects of the other’s field. That is, the semantic field is not language-dependent.

I could try to prove this strong anti-Shapir-Wharf hypothesis; but the evidence is so overwhelming that I cannot choose where to begin: bilinguism, perfect translations, and literarian influence between languages... (for example, the style of Borges in Spanish is a beautiful mix of Gibbon and Lovecraft.)

I think that as soon as the semantic field universality hypothesis is clearly stated, it becomes obvious. Only the interests of linguistic nationalists and the nihilist preferences of some academics, keep the (racist) Sapir-Wharf hypothesis alive.

The universality of the semantic field has a beautiful literary consequence, I cannot resist discussing: high quality literature should not be written with phonetic regularities or rhythms, but with mental images. Valuable literature is always universal; this implies a sort of Platonism.

Take the beginning of Shakespeare’s Julius Caesar “Lend me ears, Roman citizens”. The beauty of the statement comes not from the sound, but from the intellectually stimulating metaphor. The greatest example of perfectly translatable literature is the Bible, which keeps its beauty in all languages; this is not a accident: the biblical text is not written with sounds [1], but with a rhythmic flow of ideas and a powerful collection of literary archetypes. It is poetry, but not rhythmic poetry.


[1]Unlike the Koran, which is devastated by the translation.

domingo, febrero 19, 2006

Planteando el Debate Energético (II): Termodinámica Nuclear y Orden de Magnitud de las Fuentes de Energía

1.-¿La ciencia melancólica?

En el artículo anterior me centré en las posibilidades para una transición energética suave con la tecnología disponible a día de hoy. La conclusión es que el carbón, el gas y las centrales de fisión nuclear eran capaces de ofrecernos un abanico de posibilidades (con tecnologías disponibles o cercanas) que fuesen sustituyendo al petróleo a lo largo de los próximos cuarenta o cincuenta años sin entorpecer la convergencia económica de los países en desarrollo y garantizando un crecimiento razonable a los países más desarrollados.

Hoy quiero entrar en un terreno más especulativo, para preguntarme si existen fuentes de energía que permitan mantener en marcha la civilización industrial por un tiempo ilimitado. Algunos pueden objetar que esta pretensión de hacer un análisis de sostenibilidad fundamental es ociosa, y que “a largo plazo todos muertos”, y otros pueden hacerme notar que en cincuenta años el progreso técnico puede lograr cualquier resultado.

Yo no soy tan optimista. Incluso quemando carbón sin preocuparse de Kyoto, más de un siglo de consumo masivo de combustibles fósiles resulta poco probable. Y quienes esperen nuevas leyes naturales en las que basar la extracción de energía, pueden estar esperando a Godot. Creo que estamos a punto de entrar en una nueva revolución de la Física, pero me sorprendería mucho que afectase a la producción de energía (más bien será en la reinterpretación y ampliación de la mecánica cuántica). En definitiva, queridos co-freaks, os podeís olvidar de los motores gravíticos [1].


2.-Orden de magnitud del consumo energético de la civilización industrial y productividad energética de la agricultura.

A lo largo de la Historia, hasta hace 300 años, las únicas fuentes de energía relevantes eran las que resultan de dos procesos biológicos opuestos: la fotosíntesis utiliza la energía del sol para generar hidratos de carbono y la oxidación celular, que quema los hidratos de carbono producidos por la fotosíntesis mediante un proceso de altísima eficiencia termodinámica, llamado “ciclo de Krebs”. El tandem fotosíntesis-ciclo de Krebs mantiene en marcha el conjunto de la biosfera.

La humanidad ha hecho enormes esfuerzos por maximizar y utilizar hasta su máxima expresión estos dos procesos, pero a pesar de todos los esfuerzos, la agricultura y la ganadería no han sido capaz de mantener nunca una población superior a los 1.000 millones de habitantes, y esa población ha disfrutado de un nivel de vida uniformemente bajo, sufriendo periódicas hambrunas y con una significativa fracción de la población en el borde de la subsistencia.

Por eso, la idea de que los alcoholes y los biofueles puedan cubrir las necesidades económicas de una sociedad industrial próspera me parece absurda, y no simplemente absurda: absurda por un orden de magnitud.

El proceso de quema de alcohol en un motor de combustión interna es no más, sino significativamente menos ineficaz que la propia oxidación celular:

“El metabolismo de la glucosa en el ciclo de Krebs alcanza una eficiencia energética del 40% (…). Esto es mayor que la eficiencia de un motor de combustión interna (cerca del 20%) o de otros motores térmicos (alrededor del 35%)”

“Dentro de la Quimica”, Universidad Estatal de Oklahoma

La idea de utilizar productos agrícolas, es decir, comida para llenar el depósito de combustible y la idea de que eso pueda resultar viable económicamente, y el hecho de que se tiren zillones de euros en esta presunta “energía renovable”, da cuenta de que vivimos en una dictadura de los lobbies agrícolas.

Por supuesto, en cierto sentido los combustibles fósiles son el resultado de la fotosíntesis pasada, pero hace falta el precipitado de la biomasa producida durante millones de años para hacer funcionar los motores de combustión interna que mueven nuestra sociedad. Consumir el stock de energía fotosintética acumulada durante grandes periodos de tiempo puede ser relativamente viable (ya sea a través de la deforestación o consumiendo combustibles fósiles), pero el flujo puntual de energía fijada por este procedimiento no puede hacer girar las ruedas de esta sociedad.

En determinadas condiciones muy particulares, por ejemplo en los trópicos (con su alto nivel de irradiación solar), y dentro de un proceso de deforestación que utiliza nutrientes irremplazables, es posible producir biofuel con un balance energético positivo. Incluso en ese caso particular, la rentabilidad económica de la operación depende críticamente de la utilización intensiva de mano de obra muy barata. En el momento en que el biofuel pueda ser rentable como fuente de energía masiva, será porque el precio de una hora de trabajo, medido en unidades de energía sea muy bajo (dicho de otra forma: la energía debe ser muy cara por unidad de trabajo). Solo una brutal rebaja del nivel de vida general, hasta los niveles del Brasil rural puede hacer el biofuel rentable, y solo en un país tropical y dotado de amplias superficies susceptibles de ser deforestadas.

En definitiva, el biofuel es energía sostenible: como el resto de la agricultura, nos puede sostener al borde del hambre. Aunque si estamos al borde del hambre, seguramente se nos ocurrirá algo mejor que hacer con la comida que quemarla.

3.-Termodinámica de los procesos nucleares: fisión, breeders y fusión

Todos los procesos que conforman la vida ordinaria y la abrumadora mayoría de las actividades industriales dependen de la Química. Las reacciones químicas se producen entre las capas externas de los átomos, que están formadas de electrones. La fotosíntesis, la oxidación celular, la combustión interna, las reacciones químicas que proporcionan plásticos, la metalurgia… todos ellos son procesos químicos. Los procesos biológicos utilizan energía en general en pequeñas cantidades, y mediante reacciones altamente eficientes, y poco intensivas en energía. Los combustibles fósiles nos ofrecen más energía.

De las cuatro fuerzas de la naturaleza (gravedad, electromagnetismo y las dos interacciones nucleares (fuerte y débil)), solo operamos con las dos menos poderosas: la gravitación y el electromagnetismo.

Comparada con la energía que existe en el núcleo atómico, la de la corteza electrónica es insignificante. En particular, los procesos de físión nuclear permiten extraer por cada kilo de materia utilizada, unas 1000 veces más energía que la que genera, por ejemplo, el carbón.

Para entender la termodinámica de los procesos nucleares, voy a usar un pequeño gráfico (disculpas por hacerlo a mano: para verlo en grande, pinchad en él). Este gráfico, representa una analogía gravitatoria: los núcleos están situados a diferentes niveles, representando a mayor altura los átomos que pueden liberar más energía. Un núcleo atómico no puede existir establemente en la “pendiente”, porque se deslizaría hacia abajo (emitiría neutrones hasta estabilizarse). Por tanto, los isótopos estables de los elementos químicos están en un “valle de estabilidad local”, donde aún estando a gran altura, no se caen porque necesitan una cierta energía para abandonar ese pozo energético (del mismo modo que uno puede estar en la cima del Everest, en un pequeño hoyo, sin caerse). Ahora bien, si se salen de ese valle local pueden liberar toda esa energía.



Bien, simplificando mucho el funcionamiento de los procesos nucleares, la forma de materia ordinaria más estable que existe es el hierro-56. Todos los átomos más pequeños que el hierro-56 son, teóricamente capaces de producir energía mediante un proceso de fusión nuclear. Todos los núcleos a su izquierda podrían dividirse y emitir energía. El hierro es la forma de materia ordinaria de mínima energía, y por eso se habla del “valle del Hierro”. Aunque todos los núcleos distintos del Hierro son susceptibles de fisión o fusión con ganancias energéticas, en la práctica, solo los que están muy a la izquierda (como el hidrógeno) o muy a la derecha (como el uranio) se pueden usar como combustible nuclear.

El proceso de fisión ordinario, tal como se efectúa en los reactores nucleares disponibles consiste en la división de un átomo de uranio 235, un isótopo desgraciadamente poco abundante de ese elemento, y que es el verdadero combustible nuclear. Aunque la fisión libera muchas veces más energía que los procesos de combustión química, y aunque en conjunto el uranio es sumamente abundante, solo el 0.7% del uranio es del isótopo 235. Si solo dependiésemos del U-235 como material fisible, seguramente la energía nuclear, el carbón, el gas y el petróleo (junto con el ahorro energético) nos permitirían alimentar el crecimiento global hasta el s.XXII, pero dependiendo de la abundancia del uranio, iríamos justos. En realidad nadie sabe cuanto uranio hay, porque hace mucho que nadie se preocupa de buscarlo. Dado su actual nivel de demanda, el uranio es un material abundante, y en los años noventa, con el petróleo a 10$ y la energía nuclear paralizada, nadie se planteó seriamente la exploración.

Afortunadamente, aunque el isótopo estable del uranio no se puede utilizar directamente como material fisible, si que es susceptible de ser enriquecido y posteriormente utilizado como material de fisión. Para entender la lógica termodinámica de esta operación basta ver el diagrama anterior. Un breeder (o reactor de neutrones rápidos), aparte de producir energía nuclear por fisión, produce neutrones que pueden ser capturados por el uranio-238, convirtiéndose en plutonio-239 (en el gráfico se llama enriquecimiento). Es decir, transformándose en material fisible. El breeder es capaz de producir más material fisible del que consume.

Una máquina que produce más combustible del que consume puede parecer una imposibilidad termodinámica, pero no lo es: en este caso, el U-238 contiene grandes cantidades de energía (notese en el gráfico su altura sobre el valle del hierro), que no son accesibles por fisión ordinaria. El breeder hace esa energía accesible. Es como tener una canica en un pequeño valle en lo alto del Everest: basta un golpe para que la canica libere una gran cantidad de energía potencial gravitatoria. Hay que entender que los breeders no son una energía inagotable: simplemente hacen accesible la energía contenida en todos los átomos de U-238. Una vez hayamos fisionado todo el U-238 de la corteza terrestre, podemos despedirnos de la fisión. Pero hay 140 veces más U-238 que U-235. Así que las reservas de energía accesibles a los breeders son 140 veces mayores que las accesibles a las actuales centrales de fisión ordinaria. Eso es mucha mas energía de la que podremos necesitar en los próximos 1000 años.

Existen reactores breeder que han funcionado y aunque es difícil decir si son rentables (dado el sabotaje general hacia la tecnología nuclear), parece que no lo son, dado el actual precio del uranio. Esto no es sorprendente. Pero cuando el precio del uranio crezca, la tecnología breeder se va a reactivar.

En el lado izquierdo del valle del hierro están los átomos susceptibles de fusión. El hidrógeno se puede convertir en helio liberando enormes cantidades de energía. Desgraciadamente la fusión nuclear se produce solo a temperaturas altísimas, que ninguna vasija concebible puede soportar. Para contener el plasma supercaliente es necesario cargar magnéticamente el plasma y mantenerlo en suspensión mientras se verifica la reacción de fusión. La reacción se produce dentro de una gran bobina magnética (tokamak) y este sistema de contención se llama botella magnética.

Los problemas de construir una botella magnética que permita una reacción de fusión sostenida son enormes, ya que combinan las dificultades de dos ramas de la física de las que os recomiendo que os abstengais: mecánica de fluidos y electromagnetismo.

Los breeders, por su parte son una tecnología perfectamente alcanzable, en menos de quince años. No entiendo porque seguimos tirando el dinero de la gente en proyectos de fusión nuclear como el ITER, cuando las dificultades ingenieriles de los reactores de neutrones rápidos son mucho menores (poco mas que problemas de refrigeración). Es verdad que para construir la Estrella de la Muerte o para terraformar Marte necesitamos fusión, pero para la mayoría que tenemos ambiciones más modestas, nos sobra con los breeders

4.-La Transición Carbón

Uno de los mayores peligros que afrontamos en los próximos años es que los mecanismos de mercado no funcionen. En mercados intervenidos, centralizados y políticamente sensibles, donde además las compañías participantes tienen todos los problemas de agencia posibles, el cortoplacismo es posible.

El mecanismo que debería garantizar una evolución ordenada hacia la energía nuclear es que las compañias petroleras, comprendiendo que el precio del crudo va a ser más caro en los próximos años, decidan atesorar sus reservas. Es decir, para la que transición sea ordenada, las empresas deben ser especuladoras, y por tanto mantener el petróleo bajo tierra esperando al futuro en vez de intentar por todos los medios extraerlo para “mantener la producción”.

Si los agentes en los mercados son conscientes de la escasez energética futura, premiaran a las compañías que ahorren sus reservas, y los ejecutivos tendrán incentivos a suavizar la producción energética. Si los mercados están mal informados y valoran más los beneficios trimestrales que las reservas probadas (lo cual es posible si los gestores de los fondos son cortoplacistas), podemos ver una peligrosísima competición por instalar capital para extraer el petróleo sobrante lo más rápido posible.

Eso daría lugar a una situación subóptima con un pico de Hubbert del petróleo más retrasado, y una pendiente de bajada más pronunciada. (ver segundo gráfico ; el lector notará que ambas curvas encierran la misma área debajo, es decir la misma cantidad de petróleo total extraído [2]).




Esto abre la inquietante posibilidad de que el proceso de nuclearización empieze más tarde, y se tenga que hacer con menos energía fósil disponible. Afortunadamente como ya hemos visto, el pico del petróleo no es lo que cuenta: cuenta el pico fósil combinado.

Cuando se empiece a sintetizar petróleo a desde el carbón (sinfuel), el precio del propio carbón subirá y las nucleares serán inconfundiblemente más baratas (y el modelo francés resultará obviamente superior). Con una mayor producción eléctrica en carbón y el sinfuel cerrando (a duras penas) la brecha dejada por el pico del petróleo la creciente importancia de la energía en la economía mundial moverá a todos los agentes a demandar más energía nuclear, aparte de acabar con Kyoto. No se puede ganar en una economía global si los costes energéticos de los competidores son mucho más bajos.

El momento en que el sinfuel resulte rentable va a ser de enorme importancia: la energía del carbón, usada masivamente va a ser más cara que el petróleo, y con el fin del petróleo barato, y la energía del sinfuel como combustible, la transición a la nuclear será simultáneamente rentable y factible.


5.-Crecimiento infinito en un mundo finito

Una de las falacias marxistas que todavía prevalece es que el capitalismo necesita crecer para no colapsar catastróficamente. Este argumento es análogo a decir que la vida necesita colonizar nuevos territorios para no extinguirse; del mismo modo que los seres vivos tienden a convertir toda la materia disponible en copias genéticas de si mismos, el capitalismo tiende a convertir los recursos humanos y materiales en bienestar subjetivo. Por eso, si hay recursos no aprovechados, la libre empresa los moviliza. Pero si no existen esos recursos (en la terminología neo-marxista, el “exterior”), el capitalismo se limita a aprovechar los existentes con la misma imparcial eficacia. El capitalismo, como la vida, tiende a crecer, pero no necesita hacerlo.

En cierto modo, el agotamiento de la expansión física en la Tierra después del s.XIX y el fracaso de los programas de exploración espacial ha dejado una cierta sensación de estancamiento. Si el mundo es finito, ¿hacia donde crecer?

Bien, crecer es algo que ocurre en el espacio subjetivo, pero lo cierto es que la Humanidad esta creciendo también físicamente: hacia dentro. En ese sentido, los breeders son una asombrosa analogía: en el interior del núcleo del átomo está la energía que buscábamos.

En el s.XXI vamos a crecer hacia las fronteras del interior: la genética, la mecánica cuántica (que esta a punto de volver al centro de la escena científica), Internet, el teletrabajo, la realidad virtual…

¿Es posible el crecimiento infinito en un mundo finito? Los pliegues fractales del conjunto de Julia, y los infinitésimos del análisis no-estándar me hacen pensar si.


[1] Escribí estas líneas justo un día antes de la publicación del artículo de Dr. Franklin Felber, que precisamente describe la física de los motores gravíticos. Quizá debería retirarme del negocio de las predicciones.
[2] Y sin embargo el petróleo “neto” una vez detraidas pérdidas energéticas seguramente sería menor en el caso cortoplacista, porque se usarían técnicas mas marginales de extracción.

sábado, febrero 11, 2006

Capitalismo Financiero (V): La Hipótesis del Paseo Aleatorio

Con no poca jactancia, George Soros escribió en su magnifico “The Alchemy of Finance” que su peripecia en los mercados era la mejor refutación estadística de la hipótesis del paseo aleatorio.

La hipótesis del paseo aleatorio viene a decir que en los mercados de alta liquidez la evolución de los precios debe seguir una trayectoria totalmente impredecible, donde la probabilidad de que el precio aumente en un intervalo relativamente corto de tiempo debería ser casi igual que la probabilidad de que caiga.

¿Por qué son impredecibles los precios? La respuesta es sencilla: si los agentes creen que el precio mañana será mayor que hoy, comprarán hoy, y el precio aumentara hoy mismo. A la inversa, si creen que los precios bajaran mañana venderán hoy y el precio se reducirá. En definitiva, en cada momento el precio de un activo líquido se ha formado en base a toda la información pública disponible.

La evidencia estadística a favor de la hipótesis del paseo aleatorio es enorme, y no obstante individuos como George Soros ganan regularmente en múltiples mercados. Demasiados como para creer que esas ganancias se deban a informaciones privilegiadas.

En mi opinión la hipótesis del paseo aleatorio es un experimento controlado de los límites y dificultades epistemológicas que se le presentan al economista.

¿Por qué creemos que los precios son un paseo aleatorio? Porque si existiesen tendencias sistemáticas en ellos, algunos arbitristas podrían aprovecharlas y al aprovechar esas tendencias, contribuirían a hacerlas desaparecer. Por ejemplo, si la bolsa subiese todos los viernes, los agentes empezarían a comprar acciones el jueves y a venderlas los viernes, haciendo beneficios en el proceso, pero a la vez igualando el precio del jueves con el del viernes. Es decir, al ganar dinero con una anomalía estadística, la anomalía estadística va desapareciendo.

Ahora bien, lo que hace desaparecer las anomalías en las series de precios es la existencia de arbitristas. Pero si los precios no tuviesen anomalías, no habría arbitristas. Es decir, para que se verifique la hipótesis del paseo aleatorio es necesaria la existencia de una industria del arbitraje financiero, que jamás podría existir si se verificase la propia hipótesis del paseo aleatorio.

¿Acabo de refutar la hipótesis del paseo aleatorio? Parcialmente si. Pero muy parcialmente. La hipótesis del paseo aleatorio es una afirmación estadística; y la estadística es un lenguaje para expresar correctamente nuestra ignorancia. Cuando el económetra afirma que las cotizaciones son paseo aleatorio, nos informa de que el no ha encontrado operaciones de arbitraje abiertas. Probablemente si las hubiese encontrado, dejaría de ser económetra y se pasaría a los mercados. O en caso de publicar esas anomalías, pronto otros se encargarías de destruirlas a base de arbitrajes.

La hipótesis del paseo aleatorio no es ociosa ni trivial: simplemente expresa los límites de la información pública. Más allá de los parámetros que describen el paseo aleatorio toda la información es necesariamente privada [1] puesto que toda oportunidad de arbitraje (por arbitraje entiendo cualquier técnica que permita obtener sistemáticamente ganancias extraordinarias) si se publica, desaparece.

La industria del arbitraje (que esta formada sobre todo por bancos de inversión, gestoras de fondos y otros intermediarios financieros y particulares) se encarga de construir y tratar información, para especular en los mercados con ganancias sistemáticas. Estas ganancias no son un almuerzo gratuito. Son el resultado de un tratamiento costoso de la información. Una compañía dedicada a la especulación sistemática no pretende arbitrar la serie de precios de un activo hasta dejarla convertida en ruido blanco: simplemente invierte en técnicas financieras y recursos humanos hasta el punto en que es marginalmente eficiente hacerlo, según los mismos criterios financieros que en cualquier otra industria.

Como resultado las series estadísticas están muy filtradas, y se parecen bastante a un ruido blanco, pero los arbitristas que conocen los mercados y tienen técnicas privadas de tratamiento de la información saben que no lo son. Desde luego no existe ningún agente que tenga un conocimiento de todos los arbitrajes existentes: como todo en los mercados, esta es información distribuida entre los especuladores.

La hipótesis del paseo aleatorio y en general las técnicas estandar en finanzas [2] son enormemente útiles: describen el conocimiento público de los mercados: lo que hay que saber para ser un inversor. Por definición aquellos que quieren ser especuladores, no pueden encontrar en un libro las técnicas que buscan [3].



[1] Incluyo entre la “información privada” el conocimiento subjetivo de los mercados
[2] Por ejemplo las que se pueden encontrar en el clásico de Hull “Options, Futures & Other Derivatives”
[3] Esto no quiere decir que la estadística y otras técnicas matemáticas no sirvan para especular; muy al contrario son esenciales. Pero aunque todo arbitrista deba conocerlas, nunca serán bastante tan pronto como las conozcan los otros participantes en los mercados.

domingo, febrero 05, 2006

La II Guerra Fría: El programa Neo-Coránico

1.-La Revolución Permanente

El conflicto entre el Islam salafista (que hoy representa el mainstream religioso musulman) y el Occidente liberal tiene muchos puntos en común con la I Guerra Fría. En particular el Islam es tan adicto al pragmatismo revolucionario como lo era el marxismo. Ya hemos visto que Mahoma dio un ejemplo claro en este sentido, que muchos musulmanes están prontos a imitar. Al contrario que el Cristianismo, el Islam nació por la espada y se lo debe casi todo a la espada.

Aunque es absurdo creer que existe una conspiración musulmana centralizada para la conquista del mundo, la dominación mundial es parte de la doctrina islámica y el programa político de conquista esta tan indisolublemente unido a ella como la revolución mundial lo estaba al marxismo.

La doctrina musulmana clásica divide el mundo en dos partes: Dar-el-Islam, el campo del Islam y Dar-el –Kufr, el campo del desorden o tierra de los infieles (el hecho de Kufr sea una palabra muy parecida a libertad da cuenta del inmenso abismo ideológico que media entre el Islam y Occidente). La vida del musulman en este mundo tiene dos objetivos: la virtud religiosa (la Gran Jihad) y la extensión, por la predicación o por la fuerza del campo del Islam hasta que ocupe el mundo entero (la Pequeña Jihad).

La regulación de la Jihad es compleja y ese deber general en ocasiones se puede delegar. No obstante cuando existe un consenso en que la Jihad está en marcha, esta compromete a todo varón musulman militarmente útil. Y aunque la Jihad moral recibe el adjetivo de “grande”, lo cierto es que la jihad pequeña es la que ofrece el camino más diestro hacia el Paraíso.

10.¡Creyentes! ¿Queréis que os indique un negocio que os librará de un castigo doloroso? 11.¡Creed en Alá y en Su Enviado y combatid por Alá con vuestra hacienda y vuestras personas! Es mejor para vosotros. Si supierais... 12.Así, os perdonará vuestros pecados y os introducirá en jardines por cuyos bajos fluyen arroyos y en viviendas agradables en los jardines del edén. ¡Ese es el éxito grandioso!“

Coran 60.10-12


2.-Taqiyya, Jihad, Dhimmnitud

Aunque la Jihad nunca para, su implementación está mediatizada por el pragmatismo político. En nuestra época el conflicto militar directo no es todavía una opción viable. La situación es por tanto análoga a la que se encontró Mahoma durante la época de la Hégira. En ese momento, cuando la correlación de fuerzas no le convenía, Mahoma predicó la tolerancia religiosa. A esa fase del programa de conquista, caracterizada por el disimulo se la llama “Taqiyya”.[1]

“Que no tomen los creyentes como amigos a los infieles en lugar de tomar a los creyentes -quien obre así no tendrá ninguna participación en Alá-, a menos que tengáis algo que temer de ellos. Alá os advierte que tengáis cuidado con Él. ¡Alá es el fin de todo!”

Corán 3.28

La fase de Taqiyya en la moderna sociedad occidental se caracteriza por la alianza con la izquierda, las acusaciones de racismo, el fomento de la inmigración, el hackeo del Estado del Bienestar y del sistema democrático, la creación de guettos musulmanes semiautonomos y una sorda violencia religiosa y social dirigida a evitar por la fuerza la apostatasia de los musulmanes, o como mínimo a evitar la integración social de estos en el Campo del Kufr.

De momento no se ha activado la segunda fase del progama neocroánico (la Jihad), y la mayor parte de los líderes religiosos musulmanes consideran que el momento actual no esta maduro. Las más sinceras condenas religiosas contra Osama Bin Laden después del 11-S vinieron de académicos musulmanes que le reprochaban su precipitación estratégica y la comparaban con la solidez del programa Eurábico. Tariq Ramadan es el caso más claro; muchos creen que las críticas de Ramadan a Bin Laden son puro disimulo: yo por el contrario las considero un profundo desacuerdo estratégico, dentro del marco ideológico común del fascismo salafista.

No obstante, unos y otros consideran que las operaciones de Jihad están indicadas en Oriente Medio y en todas las fronteras del mundo musulmán: especialmente las de África.

Los islamistas que si consideran que el momento de la Jihad Global ha llegado, la conciben dentro del proceso de secuestro político general; dentro del marco de las Guerras de IV Generación. Pero la forma estratégica concreta del conflicto merecerá mi atención en otro momento.

“Según los expertos, las Guerras de IV Generación son un nuevo tipo de combate disperso. No se trata de la destrucción de blancos militares y fuerzas de combate regular: se trata de concentrase en la estructura social y destruir el apoyo popular a la guerra dentro de la sociedad enemiga. En este tipo de guerra, las noticias son mas importantes que las divisiones armadas.”

Abu 'Ubeid Al-Qurashi, “Guerras de IV Generación” , Documento de Al Quaeda

La fase final del programa neocoránico es la dhimminitud. Es decir, una vez conquistado el poder político, el hostigamiento y marginación de los no-musulmanes, para extraer de ellos ventajas materiales, o para forzarles a la conversión. Los dhimminies son (aparte de los esclavos), la base de la pirámide feudal. Pertenecen directamente al soberano. La función primordial del proceso de dhimminitud es la desaparición final del dhimmini; el Islam es un camino de una sola dirección: la apostatasia se paga con la muerte. Pero como la conversión forzada podría haber levantado resistencias excesivas, durante el proceso imperialista de la Jihad original, la doctrina musulmana, siempre caracterizada por la flexibilidad en los medios y la intransigencia en los fines, creo una forma jurídica llamada “protección” que convertía a los no-musulmanes en propiedades del Estado. Un acuerdo establecido desde la fuerza y dirigido a la explotación momentánea y a la asimilación final de las poblaciones conquistadas.

Que nadie se engañe sin embargo sobre el destino de los dhimminies: Mahoma decretó la limpieza étnica de la Península Arábiga y esta asimilación final es el objetivo final del programa neo-coránico.

[1] La palabra Taqquiya aparece dentro del islam chii, pero hoy en día se la considera parte del mainstream salafista.